sábado, 30 de noviembre de 2013

METODOLOGÍA ACTIVA Y PARTICIPATIVA


Las fuerzas de la atención e interés no se centran en la figura del profesor. La dinámica de la clase ofrece mayor variedad de situaciones con focos diversos de convergencia, generada por la incorporación del trabajo de grupos en el aula. Nos vamos a fijar en algunos aspectos para comprender mejor las estrategias metodológicas que implica este enfoque.

Variedad de personas-centro de la actuación
Si nos fijamos en los tres elementos básicos de la actividad de aprendizaje, nos encontramos con tres modalidades de actuación.
  •   Actuación individual: cada alumno realiza su trabajo en el aula y/o en casa. La implicación individual es insustituible para el desarrollo del aprendizaje.
  •    Actuación de los grupos: el grupo pequeño asume responsabilidades en la dinámica del aula, con sus trabajos y actuaciones.
  •   Actuación del profesor: se potencian unas funciones distintas del modelo clásico. Su actuación es más variada y sin mucho protagonismo. Su intervención abarca una franja más amplia que comprende desde la exposición de determinados puntos del tema, necesarios para la orientación del alumnado, hasta la relación individual como estímulo.
Los tres tipos de actuación son necesarios y eficaces. La individual porque ofrece oportunidades para la expresión personal del alumnado en la actividad que ha preparado; la grupal en cuanto que es la fuerza aglutinadora de varios alumnos que trabajan en un proyecto o actividad común; y la del profesor porque tanto los individuos como los grupos necesitan orientación específica y el grupo-clase precisa directrices  comunes a todos, relacionadas con el contenido informativo, con la organización y planificación, con los recursos o medios disponibles, etc.

Cuando se especifican estas actuaciones se sobreentiende que las tres vías de intervención se pueden dar en un misma sesión de trabajo, no obstante, la planificación de la unidad didáctica marcará  la variabilidad de las mismas.

Dentro de esta dinámica de intervención pueden introducirse puntualmente otras personas ajenas o externas a la dinámica de aula: otro profesor, un experto en un tema que imparta una charla, otras personas que propongan y dirijan alguna actividad, etc.

Diversidad de actividades
La concreción del trabajo del aula se realiza a través de actividades diversas en temática y contenido. Comprende desde el trabajo individual de los documentos de información hasta actividades expresivas (teatro, murales, videos, música, visitas, etc.). Aquí interviene la iniciativa del alumnado individual y grupalmente. No es el profesor quien dirige todas las actividades, sino que aprovecha la imaginación e iniciativa del propio alumnado para proponer las que se consideran más atractivas y adecuadas para dicho trabajo, con el ingrediente añadido de que son promovidas por ellos mismos con lo que eso significa de implicación y motivación. La coordinación y el mantenimiento de los criterios de planificación global corresponden al profesorado. No obstante, la situación personal del profesor permitirá mayor o menor autonomía en función de su capacidad para dominar la situación, y para vivirla sin tensión ni preocupación, porque podría llegar un momento en que se sintiera incapaz de controlarla.

Cómo podemos introducir técnicas y la metodología activa
De hecho, es un proceso que se acelera o se hace más lento en función de muchos factores concretos provenientes de la escuela, del alumnado, de la propia personalidad del docente, etc.

En el caso, de los mapas conceptuales y mapas mentales, lo primero es darle a los y las estudiantes darle una explicación teórica y práctica. Al principio el dominio es lento, pero con la práctica se acelera, con lo que el tiempo dedicado a su elaboración se va reduciendo.

Por ejemplo, se puede dejar para que el estudiante lo trabaje en la casa, luego al llevarlo a clase lo presentan al grupo que conforman. Lo observan, analizan y elaboran uno por grupo por consenso. Al mismo tiempo, los y las estudiantes plantean las dudas o cuestiones que consideren oportunas para presentarlas en la puesta en común a toda la clase. El/la docente puede iniciar con una intervención para señalar  los puntos más importantes del tema a fin de que sirvan de orientación a los y las estudiantes.

En un inicio este trabajo puede generar una sensación de pérdida de tiempo, de lentitud y de cierta confusión en los grupos; pero, esta situación puede superar cuando los grupos toman conciencia del plan de trabajo y se sienten seguros de esta forma de trabajar.

Cuando el trabajo anterior se hace común y normal, entonces podemos seguir introduciendo nuevas formas de trabajar o nuevas actividades, no solamente la construcción de mapas sino  otras actividades que dinamicen el trabajo en aula.

Veamos algunas estrategias que facilitan la organización y desarrollo de una metodología activa:
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      Estrategia de investigación: Se organiza el trabajo en el aula alrededor de unas cuestiones, interrogantes o hipótesis a confirmar. Como en todo proceso de investigación:


  • - Se hace un diseño de los campos o subtemas incluidos en el núcleo central de trabajo.
  • - Se recopila la información pertinente a través de un documento reducido, como puede ser el libro de texto, o bien  a través de otros libros, enciclopedias, etc.
  • - Se elabora y estructura la información recogida.
  • - Se construye un mapa conceptual o un mapa mental, individual y grupal.
  • - Se desarrolla una actividad: mural, teatro, etc.
  • - Se elaboran las conclusiones en grupos y se procede a la puesta en común.
·         Actividad central: Una breve explicación general del núcleo temático por parte del profesor permite que el alumnado pueda proponer una actividad central, relacionada con la temática. Ésta implica la búsqueda de información y el dominio básico por medio de documentos y técnicas de aprendizaje. Puede realizarse por grupos, encargándose cada grupo de una parte y, posteriormente, se elabora un expediente común. Al mismo tiempo se prepara la actividad nuclear en la que participan los grupos y se ponen de manifiesto las habilidades individuales y grupales; finaliza con la realización de la actividad y con la reflexión-evaluación correspondiente.

·         Proyecto de trabajo: Puede darse el trabajo de un núcleo temático la forma de proyecto. Con lo cual, cada grupo elabora un proyecto y, posteriormente, el grupo-clase elige uno. Se realiza una planificación del trabajo, que se ejecuta, realiza y evalúa.

Con estos tres modelos se ha querido resaltar varios aspectos, de tal manera que el estudiantado se implique en el proceso de aprendizaje:
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  •   Propuesta de  cada grupo: investigación, proyecto, actividad, etc.
  • - Deliberación sobre las propuestas y elección, lo cual implica asumir responsabilidades y compromisos individuales y grupales derivados de la propuesta elegida.
  • - Trabajo individual y/o grupal para la realización del plan elegido.
  • - Evaluación individual y grupal sobre su funcionamiento y cumplimiento de sus responsabilidades. No se descarta el examen como prueba de dominio  alcanzado sobre el núcleo temático, si se considera necesario. Lo que hay que tener presente es que el resultado de esta prueba no sea el único dato para la evaluación.

Lo que se busca, con este tipo de trabajo, la mayor implicación individual  y cooperativa del estudiante en el proceso enseñanza-aprendizaje. El proceso en la autorresponsabilidad está enmarcado por la personalidad del propio profesorado, que transmitirá su dominio de la situación en sus decisiones al respecto. El acercamiento a la utopía del aprendizaje autodirectivo tiene una correspondencia con la iniciativa y compromiso del alumnado, es decir, con el grado de confianza que el profesorado le otorga.

A.Ontoria/J.P.R.Gómez/A.Molina. “Potenciar la capacidad de aprender a aprender”

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